Uno de los principales beneficios del porteo es que ayuda a establecer un vínculo de apego seguro entre el bebé y su cuidador.
Para entender este concepto, es necesario conocer algunas nociones básicas que nos ayuden a comprender la teoría del apego.
¿Qué es el vínculo de apego y cómo se desarrolla?
La teoría del apego nace después de la Segunda Guerra Mundial a partir de los estudios realizados por el psiquiatra y psicoanalista John Bowbly que analizó los problemas de los huérfanos y adolescentes con trastornos de conducta, privados durante su infancia de una figura materna.
La premisa fundamental es el vínculo que el recién nacido establece con su cuidador principal, y la importancia que tiene la construcción de ese vínculo para que su desarrollo emocional y social se produzca con normalidad.
Los bebés establecen este apego fundamentalmente con la madre, pero también con otros adultos que son sensibles y receptivos a las relaciones sociales con ellos, que les proveen de cuidado e interacción social y que permanecen como cuidadores consistentes.
Este apego es un vínculo afectivo o enlace cuya meta biológica es la supervivencia.
Los bebés se apegan instintivamente a quien cuida de ellos para sobrevivir, la meta psicológica es la seguridad y protección del niño, considerada en le teoría del apego como una necesidad básica.
Hay comportamientos pre-apego que se producen en los primeros seis meses de vida.
En la primera fase (0-2 meses ) los niños sonríen, balbucean y lloran para atraer la atención de los cuidadores. Aunque los niños de esta edad aprendan a diferenciar los cuidadores, estos comportamientos están dirigidos a cualquier persona que esté cerca.
Durante la segunda fase (2-6 meses), el bebé aumenta su capacidad para discriminar entre adultos conocidos y desconocidos, por lo que es más receptivo al cuidador.
El apego claro y cierto se desarrolla durante la tercera fase (6 meses-2 años). El comportamiento del bebé en relación con el cuidador se organiza para lograr las condiciones que lo hagan sentirse seguro, y va a estar determinado por la respuesta del cuidador a la satisfacción de sus necesidades. La teoría del apego propone que la calidad del cuidado del principal cuidador, es la clave para que el bebé desarrolle un apego seguro o inseguro.
Base segura; cuando el bebé comienza a explorar el mundo
Cuando empieza a desplazarse por sí mismo, comienza a usar al cuidador o cuidadores como una base segura para explorar lo que sucede a su alrededor. La exploración del bebé es mayor cuando el cuidador está presente, debido a que está relajado y se siente libre para explorar.
La búsqueda de la proximidad a la figura de apego como protección frente a la amenaza asegura la supervivencia. Según Bowlby, una separación significativa del cuidador, o las respuestas de rechazo o desatención dan lugar al establecimiento de apegos insanos o patológicos.
Estas experiencias con los cuidadores dan gradualmente origen a la aparición progresiva de un sistema de pensamientos, recuerdos, creencias, expectativas, emociones y conductas sobre sí mismo y los demás.
Estos modelos de organización interna continúan desarrollándose con el tiempo y las experiencias vitales, sirven como una especie de filtro para la percepción e interpretación de las relaciones sociales, siendo la base para la construcción de la personalidad.
Tipos de apego
Mary Ainsworth continuó desarrollando la teoría del apego, estableciendo tres tipos de apego; uno seguro y dos patológicos (posteriomente se determinó la existencia de un cuarto tipo de apego patológico; el desorganizado).
Para ello diseñó un experimento denominado «la extraña situación», en el que evaluaba como interaccionaban niños de aproximadamente un año de edad con sus cuidadores, permitiendo medir el tipo de apego que habían establecido ellos.
Los tipos de apego que observó en este experimento se relacionaban con un modelo de interacción con el niño por parte de sus cuidadores en todas las situaciones. Es decir, que las respuestas de apego del niño eran patrones de conducta que se activaban frente a patrones de conducta de sus madres.
Apego seguro, contacto físico y porteo
Entendiendo la teoría del apego podemos comprender la necesidad que tiene el bebé durante los primeros meses de vida de estar en contacto físico con su cuidador; no es que se esté malacostumbrando, es necesidad de supervivencia.
Muchas veces el bebé nos está viendo y sabe que estamos ahí, pero reclama que le cojamos en brazos. ¿Porqué se produce esa conducta? La clave es la necesidad de contacto: el bebé necesita ese contacto físico para sentirse seguro.
El porteo es un sistema de transporte en el que el bebé permanece en contacto físico constante con su cuidador. Uno de sus múltiples beneficios es que proporciona un contacto físico continuado, por lo que portear ayuda a nuestro bebé ayuda al establecimiento de un vínculo de apego seguro.
El bebé siente que su cuidador está presente y responde a su necesidad primaria de seguridad. Teniendo sus necesidades primarias cubiertas, establece su base segura a partir de la cual puede empezar a explorar el mundo.
Imaginad a un bebé que empieza a explorar su entorno; se cae o algo le asusta y regresa a su base segura: los brazos de su cuidador. Reclama el contacto físico y cuando recupera la seguridad vuelve a retomar la conducta exploratoria.
Este contacto físico no es la única premisa para que se pueda establecer un apego seguro, pero si es un elemento fundamental para la construcción del mismo.
El bebé empieza a mantener sus primeras relaciones sociales interpretando el mundo en función de la interacción y las respuestas de su cuidador; si un extraño se acerca a nosotros el bebé mirará e interpretará nuestra respuesta a través de los gestos. El porteo permite al bebé tener contacto visual permanente con el rostro de su cuidador y así empezar a interpretar el mundo que le rodea.
Si además el porteo se realiza de forma ergonómica, además de los beneficios psicológicos hay otros muchos para la salud del bebé y del porteador. Asi que no dudeis en llevar a vuestros bebés cerquita, y ¡feliz porteo!.
Beatriz Pérez Sánchez
Trabajadora social. Experta en intervención psicoeducativa con menores. Instructora de porteo
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